martes, 27 de enero de 2015

Emprendedores mexicanos convierten las botellas usadas de PET en papel mineral o petapel

Con la tecnología de Cronology, al fabricar una tonelada de papel se salvan hasta 20 árboles y se ahorran 56.000 litros de agua. Además su proceso de producción es un 15 por ciento más barato porque no requiere sustancias químicas.

Con la finalidad de talar menos árboles y evitar el desperdicio de agua, un grupo de jóvenes del estado de México diseñó un sistema que convierte las botellas usadas de PET en papel mineral o petapel, el cual es biodegradable, y cuenta con los estándares de calidad necesarios para imprimir libros, cajas y papelería en general.

“Fabricamos papel ecológico que está creado con botellas recicladas de plástico, carbonato cálcico y piedra. No usamos agua ni productos químicos, como el cloro. El papel mineral es más resistente que el normal, no se puede romper con las manos, es impermeable, además tiene la calidad de ser fotodegradable y sólo absorbe la cantidad necesaria de tinta al momento de imprimir”, explicó Ever Adrián Nava, cofundador de la empresa Cronology, ubicada en Ecatepec, municipio del estado de México.

Con la tecnología de Cronology, al fabricar una tonelada de papel se salvan hasta 20 árboles y se ahorran 56.000 litros de agua. Además su proceso de producción es un 15 por ciento más barato porque no requiere sustancias químicas. Otro beneficio del este sistema es que con 235 kilogramos de pellets (perlas de PET) se fabrica una tonelada de papel mineral. Asimismo, en una jornada de ocho horas se obtienen 24.000 kilogramos del plástico.

Antes de convertir el PET en papel, es necesario primero convertir las botellas de plástico reciclado en pellets (perlas), que se trituran junto a varias piezas de carbón cálcico, para crear una mezcla, que es sometida a un proceso de fundición a más de cien grados centígrados, hasta constituir unas láminas de papel de gran tamaño que se embobinan y forman pliegos.

La idea original de este tipo de papel es reducir el costo de producción, así como evitar la tala de árboles, puesto que actualmente el país produce 700.000 toneladas de papel al año para cubrir las necesidades del mercado local que significa 10.300 millones de dólares.

Cerca de 33 por ciento del papel que se produce en México es para libros y cuadernos, 25 por ciento para la envoltura, el resto para papel higiénico y envoltura de alimentos. El producto de la empresa mexiquense tiene la intención de sustituirlos.

La máquina que creó Ever Nava junto a su compañero Érick Zamudio, es similar a la de tortillas, ya que el petapel se elabora una “pasta” que da como resultado un papel impermeable, con una textura similar a la de los vouchers bancarios y que es amigable con el medio ambiente, ya que se degrada en sólo seis meses. El único detalle del papel mineral es que no se puede escribir con tinta de gel, ya que contiene alcohol y el producto no lo soporta.

“Al no cortar árboles, ni usar agua reducimos los costos y le ayudamos al planeta. Al producir una tonelada de papel tradicional se ocasiona un deterioro de 100 años al medio ambiente, con el petapel nosotros eliminamos eso”, asegura Ever Nava.

Aunque en España y Taiwán ya existen empresas que elaboran petapel con un proceso similar, el sistema de Cronology es cuatro veces más barato. Sin embargo, para consolidar el proyecto, los fundadores participaron en un concurso de empresas emergentes verdes que se organiza desde hace cinco años en México, con el propósito de conseguir el financiamiento de su compañía.

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