jueves, 9 de octubre de 2014

Grabación de datos en un disco duro mil veces más rápido que ahora

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Impresión artística de un pulso láser cambiando un bit magnético. (Imagen: Universidad Tecnológica de Eindhoven)
La capacidad de almacenamiento de los discos duros está incrementándose de forma espectacular, pero la velocidad con la que todos esos datos pueden ser escritos ha alcanzando su límite. Unos investigadores han presentado una nueva y prometedora tecnología que permite potencialmente a los datos ser almacenados 1.000 veces más rápido. La tecnología, en la que pulsos láser ultracortos generan una “corriente de espín”, abre también el camino hacia futuros chips ópticos de ordenador.

Un disco duro almacena bits en forma de diminutos dominios magnéticos. Las direcciones de los polos norte y sur magnéticos de tales dominios, que llamamos magnetización, determinan si son un 0 ó un 1. Los datos son almacenados cambiando la dirección de la magnetización de los bits asociados. Actualmente, esto se hace usando un cabezal de escritura para crear un campo magnético local, que hace que el bit cambie la dirección.

Cuanto más fuerte es el campo magnético local, más rápido ocurre el cambio. Pero esto depende de un límite que ahora casi se ha alcanzado.

El equipo de físicos dirigido por Bert Koopmans, de la Universidad Tecnológica de Eindhoven en los Países Bajos, se ha basado para su nueva tecnología en una propiedad especial de los electrones, el espín, una especie de brújula interna en esas partículas. Usando pulsos láser ultracortos, se genera en un material especial un flujo de electrones, los cuales tienen todos el mismo espín. La “corriente de espín” resultante cambia las propiedades magnéticas del material.

El concepto básico de la nueva tecnología es el siguiente: Dos capas magnéticas, cada una con una magnetización diferente, se hallan separadas por una capa neutra. Un pulso láser golpea a electrones en la capa superior. Esto causa que tales electrones se muevan a través del material, en dirección a la segunda capa. El espín de estos electrones, en la dirección de la magnetización de la capa superior, ejerce una fuerza sobre el espín de los electrones en la capa inferior, haciéndolos girar en la misma dirección. Esto hace que cambie la magnetización en la segunda capa.

El cambio en la magnetización es del orden de los 100 femtosegundos, es decir, unas 1.000 veces más rápido que lo que es posible con la tecnología actual. (NCYT)

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