jueves, 10 de julio de 2014

La acidificación actual del mar es mucho más rápida que la de hace 56 millones de años

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Los foraminíferos de la especie Aragonia velascoensis se extinguieron, junto con otras criaturas marinas, hace unos 56 millones de años, debido a la acidificación oceánica, rápida para lo que el ritmo de la evolución es capaz de afrontar, pero que pese a todo fue mucho más lenta que la actual. (Foto: Ellen Thomas / Universidad Yale)
Hace unos 56 millones de años, hubo un período de calentamiento global abrupto, el cual se conoce como el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (MTPE, o PETM por sus siglas en inglés). Durante esta etapa geológica, un pulso masivo de dióxido de carbono emitido hacia la atmósfera elevó ostensiblemente las temperaturas a escala global. En los océanos, los sedimentos del carbonato se disolvieron, algunas especies se extinguieron y otras experimentaron un fuerte cambio de rumbo evolutivo.

Lejos de ser un fenómeno de interés exclusivo para los estudiosos del pasado, el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno es hoy en día un tema de la máxima actualidad, ya que cada vez está más claro que se trata del análogo más cercano, por similitud y por cercanía en el tiempo, al actual calentamiento global.

Entre los efectos comunes a ambos episodios figura la acidificación oceánica. La comunidad científica ha sospechado desde hace mucho tiempo que fue la acidificación oceánica la ejecutora de los cambios nocivos en el mar que perjudicaron a los antiguos ecosistemas marinos. Aquella crisis medioambiental aparece marcada claramente en los registros fósiles y geológicos.

De manera similar a lo que ocurre hoy, la creciente abundancia del dióxido de carbono propició que éste se combinase con el agua salada de los océanos de tal modo que alteró las propiedades químicas de ésta.

Ahora unos científicos han logrado cuantificar por primera vez la magnitud de la acidificación de la superficie oceánica durante el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, y las noticias no son buenas: Nuestros océanos actuales están en camino de acidificarse tanto o más que en aquel entonces, sólo que a una velocidad mucho más rápida, que puede ser hasta 10 veces más veloz que en esa época de referencia.

El equipo de la paleoceanógrafa Bärbel Hönisch, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, adscrito a la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, y Ellen Thomas, de la Universidad Yale en New Haven, Connecticut, todas estas entidades en Estados Unidos, estima que la acidez oceánica aumentó en aproximadamente un 100 por cien a lo largo de un periodo de unos mil años o más, y se quedó así durante los siguientes 70.000 años. En este ambiente alterado radicalmente, algunas especies se extinguieron inexorablemente mientras que otras se adaptaron y evolucionaron.

Los océanos, cual héroes silenciosos de nuestros tiempos, han absorbido cerca de un tercio de las emisiones de carbono que los humanos hemos bombeado a la atmósfera desde la industrialización. Con su acción protectora, han ayudado a mantener la temperatura más baja de lo que habría ya llegado a ser en su ausencia. Pero esa captura del carbono tiene su precio. Las reacciones químicas causadas por ese exceso de CO2 han hecho que el agua de mar sea más ácida, desposeyéndola de los iones de carbonato que corales, moluscos y algunas especies de plancton necesitan para desarrollar sus conchas y esqueletos.

En los últimos 150 años, el pH de los océanos ha descendido de manera significativa (o sea que su agua se ha vuelto más ácida). Se estima que desde ahora y hasta finales de este siglo, la caída del pH oceánico será incluso mayor que la registrada en el último siglo y medio. Sumando la caída de los últimos 150 años con la pronosticada para el siglo actual, el aumento de acidez marina resultante es un poco mayor que el estimado para todo el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno. Lo más inquietante, sin embargo, es que, mientras que el cambio de pH en el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno se obró a lo largo de unos mil años, el actual cambio de pH, si se cumplen las previsiones, se habrá obrado en un periodo mucho menor, de tan solo unos 250 años. (NCYT)

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