lunes, 31 de marzo de 2014

Nueva guía para tratar hipertensión excluye de medicamentos al menos a 6 millones de estadounidenses

Nueva guía para tratar hipertensión excluye de medicamentos al menos a 6 millones de estadounidenses
MENOS ESTRICTA

Las nuevas directrices de Estados Unidos para el tratamiento de la hipertensión arterial excluyen a cerca de seis millones de adultos, que según la guía actualizada no necesitan medicamentos, revela un estudio.

Los estadounidenses mayores están especialmente preocupados por esta nueva guía elaborada por el American College of Cardiology, cuya conferencia anual se celebró en Washington el sábado y el domingo.
El estudio fue publicado en línea en el Journal of the American Medical Association (JAMA).

Los investigadores dirigidos por Ann Marie Navar-Boggan, del centro médico de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, estimaron la proporción de adultos potencialmente afectados por la reciente actualización de las recomendaciones, la primera desde hace casi 10 años.

Para ello, se basaron en datos de una encuesta nacional de salud y nutrición entre 2005 y 2010, realizada con más de 16.000 personas.
La nueva guía clínica de tratamiento de la hipertensión es menos estricta en cuanto a la tensión arterial adecuada para las personas de 60 años en adelante y para aquellas que sufren diabetes y enfermedades renales crónicas.

Los autores estimaron que la proporción de estadounidenses entre 18 y 59 años considerados elegibles para un tratamiento pasará de 20,3% bajo las pautas de la antigua guía a 19,2% con la nueva.

Para los mayores de 60 años, la proporción desciende de 68,9% a 61,2%.
Ello equivale a una reducción de 5,8 millones de adultos que según estas directrices no requieren tratamiento contra la hipertensión.

En total 1,6% adultos estadounidenses entre los 18 y los 59 años y 27,6% de los de 60 años y más eran tratados por hipertensión bajo las viejas pautas.
Estos pacientes pueden ser elegibles para tratamientos menos agresivos o ningún tratamiento en absoluto, de acuerdo con la nueva guía de 2014.

Los autores del estudio estiman que "se necesitan más investigaciones para determinar de qué forma estas nuevas recomendaciones afectan los niveles de presión arterial en la población para evaluar los efectos sobre las enfermedades cardiovasculares". Fuentes: AFP

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