miércoles, 5 de febrero de 2014

Nuevos materiales evitan que la información electrónica pueda borrarse con un imán

Como todos sabemos aproximar un imán a una computadora, una tarjeta de crédito, una cámara fotográfica u otros electrónicos, puede generar una tragedia total borrando su contenido: la solución parece haber llegado.

Investigadores del Instituto de Ciencia de los Materiales de Barcelona, junto a expertos checos y estadounidenses, han logrado desarrollar una nueva generación de materiales que dejarán atrás el temor a que un imán, voluntaria o involuntariamente, nos deje sin la información almacenada en cualquier momento.

Los componentes experimentales no responden a los estímulos de los materiales ferromagnéticos que se usan convencionalmente (hierro, cobalto, níquel, etc.), lo que evita la alteración del “momento magnético”, la pequeñísima brújula que orienta los aparatos tecnológicos a la hora de guardar los “unos” y “ceros” de la memoria.

Los materiales antiferromagnéticos ya están entre nosotros
En realidad no se trata de un solo material, sino de muchos: pequeñísimas brújulas –momentos magnéticos- orientados en forma adecuada que no se alteran ante la presencia de los imanes convencionales.

“Estos materiales son insensibles a campos magnéticos externos y podrían constituir memorias muy robustas. Por la misma razón que no se pueden modificar fácilmente con campos magnéticos, tampoco se puede escribir información en ellos fácilmente”, explica el técnico Josep Foncuberta, uno de los descubridores del avance.

La base de la novedad está en la temperatura que convierte materiales antiferromagnéticos, en ferromagnéticos. Inscriptos a temperatura alta pero controlada, cuando se enfrían los materiales pasan a una fase antiferromagnéticos que evita modificaciones en la información fijada.

Con la lectura de la resistencia eléctrica es posible discriminar en qué dirección se encuentran los momentos magnéticos, con lo cual se puede leer la memoria. “Estos resultados abren nuevas perspectivas en el diseño de memorias magnéticas, más robustas y seguras”, detalla el investigador en declaraciones que publica Nature Materials. (La Red21)

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