viernes, 12 de julio de 2013

Las células en el embrión luchan entre sí hasta la muerte para convertirse en parte del organismo


Investigadores españoles en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto que durante las primeras etapas de desarrollo de los mamíferos, las células embrionarias se embarcan en una batalla por la supervivencia. A través de esta batalla, los menos activos de estas células se eliminan por sus hermanas más fuertes. El trabajo se publica hoy en la prestigiosa revista Nature.


Este fenómeno, denominado competición celular, se produce en una ventana de tiempo definida, entre los días 3 y 7 del desarrollo del ratón. Durante este período, todas las células embrionarias compiten entre sí, como lo explica la Dra. Cristina Claveria, primer autor del estudio, el Dr. Miguel Torres, director de este trabajo y jefe del Departamento de Desarrollo y Reparación Cardiovascular en el CNIC.
“Gracias a la competición celular del organismo en desarrollo optimiza misma seleccionando las células teóricamente más capaces de soportar las funciones vitales durante la vida de la nueva persona,” dice el Dr. Claveria. Según los autores, esto sería particularmente importante en los organismos de larga duración, como los seres humanos, donde la funcionalidad de sus tejidos debe mantenerse durante toda una larga vida.

Dr. Miguel Torres también explica que cuando se impide la competencia de células, las células que normalmente han perdido la batalla ahora se vuelven capaces de contribuir al nuevo organismo: “Creemos, sin embargo, que este organismo probablemente será menos capaz que el que haría se han formado en circunstancias normales. ¿En qué sentido va a ser menos adecuada es un asunto de gran interés que vamos a abordar en los próximos años “.

De hecho, los investigadores son capaces de determinar de antemano que las células van a ganar esta batalla: los que tenían niveles más altos de la proteína Myc, un regulador importante de la capacidad metabólica celular. Por otra parte, el uso de una nueva técnica que se han desarrollado para la producción de mosaicos genéticos, que son capaces de manipular los niveles de proteína Myc en células, cambiando así el resultado de la lucha.

Según Claveria y Torres, el estudio muestra que el embrión temprano es un mosaico de células con niveles muy diferentes de Myc, en el que las células con altos niveles de Myc eliminan aquellos con niveles más bajos. Sin embargo, es importante entender que los que mueren son las células viables. “Su eliminación se produce sólo porque el embrión tiene más células adecuadas capaces de reemplazarlos, y por lo tanto se trata de un mecanismo de optimización, no reparamos,” el punto de investigadores a cabo.

Un aspecto fascinante de la obra es la ilustración que esta batalla no desperdicia recursos celulares, las células mueren perdedor son engullidos y digeridos por sus vecinos ganadores, que luego reciclan y utilizan todos los nutrientes para el beneficio del embrión. Esta investigación proporciona respuestas a algunas de las preguntas formuladas hace casi cuarenta años por científicos españoles Ginés Morata y Pedro Ripoll, quien en 1975 descubrió la competencia celular en la mosca de la fruta. En esa ocasión, por la manipulación experimental, describieron el fenómeno en el ala de la mosca. Desde entonces la competencia celular se ha sugerido que participan en múltiples procesos, incluyendo la progresión del tumor y la regeneración de tejidos; pero nunca, hasta este estudio, tenía una función natural ha descrito. Medical Press

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