miércoles, 23 de enero de 2013

Mendoza: Después de las ranas 'Toro', llegan las langostas gigantes

Se trata de una variedad conocida como 'tucura quebrachera', que puede superar los 10 centímetros de longitud. Un ejemplar fue hallado en la ciudad, donde ya han aparecido otros.

El ejemplar de tucura quebrachera hallado en el centro mendocino. Foto: Marcelo Ruiz/Los Andes.

(U24). Una lagosta gigante fue encontrada en el centro de la ciudad de Mendoza por un barrendero municipal que se sorprendió por la extraña presencia.
Según indicó el diario Los Andes, el hombre recogió al insecto de inusuales dimensiones, apróximadamente de 10 centímetros, con sus propias manos y sólo en ese momento notó que se trataba de una langosta.
El animal, cuyo nombre científico es Tropidacris collaris o "tucura quebrachera”, fue alojado entonces en un frasco que le proporcionó un mozo de un bar cercano.

En principio no sería una plaga, ya que esta vez sólo se pudo hallar un único ejemplar, pero no es la 1ra vez que una tucura quebrachera aparece en la capital mendocina. Y ya hay bastante alarma en los alrededores por una invasión de ranas 'toro' (ver nota relacionada).

De acuerdo a Los Andes, desde la dirección de Zoonosis que depende del Ministerio de Salud indicaron que este tipo de langostas suele estar en la copa de los árboles y que no trae aparejado ningún tipo de problema para los seres humanos.

En tanto, desde el Iadiza (Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas) informaron que no es tan extraño ver estas langostas en la provincia, descartando algún tipo de plaga.
Una nota publicada en la Revista de la Sociedad Entomológica Argentina indica que la tropidacris collaris “es un insecto muy grande cuyos ejemplares adultos machos figuran entre los de mayor tamaño (73-101 mm). En nuestro país tiene una amplia distribución geográfica y suele ser abundante en zonas localizadas del Norte”.

Si bien el avistamiento parece extraordinario, hace poco más de un mes sucedió un hallazgo similar, pero en General Alvear. En esa ocasión, el ejemplar fue descubierto por un vecino en el parral de su casa; el hombre la encerró en un frasco y la entregó al Museo de Historia Natural “Salvador Calafat”.
La encargada del museo, Ana Laura Poli, afirmó en ese momento que este tipo de langostas “tiene un ciclo de vida de 240 días”. En este caso, la langosta alcanzaba los 15 centímetros.

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